Llegamos en un tren desde Hatton (la ciudad “grande” más cercana al Adam’s Peak) a la estación de Nanu Oya, a pocos km de Nuwara Eliya.
Para nuestra sorpresa, el trayecto de tren que une estas dos localidades fue una absoluta pasada. No teníamos ni idea de que billetes comprar así que cogimos en segunda clase, pensando que sería mejor que tercera. Lo que ocurrió es que segunda estaba completamente llena y no había sitio para sentarse… y eso fue lo mejor que podía pasarnos. Con el tren todavía parado, vimos que algunos se dirigían hacia las puertas y ya se sabe, allí dónde fueres… Nos sentamos en la puerta del tren, con las piernas fuera, para contemplar el espectáculo sin ventanas de por medio.
Al principio nos daba un poco de respeto sentarnos ahí, por miedo a caernos o a que el espacio no fuera suficiente para nuestras piernas (siempre pegadas al tren), pero la brisa en la cara, las plantaciones de té y los locales saludando nos quitaron rápidamente esa sensación ¡fue una auténtica aventura!
La mayoría de gente dice que el mejor trayecto en tren es desde Nuwara Eliya a Ella, no sabemos si nos sentimos así porque fue nuestro primer contacto en tren, pero desde luego el trayecto hacia Nuwara Eliya desde Hatton no tiene nada que envidiar.
Finalmente llegamos a Nanu Oya y desde allí montamos en un bus hacia Nuwara Eliya. La ciudad en si misma no nos gustó demasiado. Sí, tiene un par de edificios coloniales pero lo cierto es que nos pareció una ciudad de paso, sin alma.
El encanto real de esta localidad está en sus alrededores. Un paisaje de ensueño, con interminables montañas de verdes campos de té, ondeando en las colinas. Y es que Nuwara Eliya es conocida exactamente por eso: las plantaciones de té.
Exhaustas por nuestra visita al Adam’s Peak tan sólo unas horas antes esa tarde la dedicamos a buscar hotel, comer y retirarnos para disfrutar de un merecido descanso.
Jamás olvidaremos nuestro despertar al día siguiente. Fue poner un pie fuera de la cama y darnos cuenta de que éramos más de las que nos fuimos a dormir… las agujetas habían llegado. Nosotras las deportistas, que veníamos de un trekking en Nepal, que habíamos cruzado el mismísimo paso del Annapurna… ¡ja!
Así que tocó apretar los dientes como leonas y apechugar para ir a ver las plantaciones del famoso té de Ceilán, que para eso habíamos llegado hasta allí.
Hay una gran cantidad de factorías que operan la zona y muchas se pueden visitar. Nos decidimos por la Mackwoods Labookillie Tea Factory, una de las más famosas y cuya visita es gratuita.
Preguntamos en nuestro hotel cómo llegar hasta allí en autobús. Cogerlos en la carretera que iba en dirección a las plantaciones era un poco complicado, así que nos dirigimos hacia la estación principal de autobuses de Nuwara Eliya. Si quieres ir hacia allí, sube a cualquier autobús dirección Kandy, salen cada 20 minutos. Al subir, asegúrate de que el conductor entienda que te diriges hacia allí, ellos se conocen todas las fábricas y te avisarán cuando llegue el momento de bajar.
El autobús nos dejó en la puerta de la plantación, es decir, en la carretera. Nada más entrar nos sumamos a un grupo que empezaba la visita.
La visita, con todos los procesos y la explicación duró media hora ¿Ya está? Pues sí, ya está. Dicen que lo bueno si breve dos veces bueno. Tras la visita puedes dirigirte a la tienda-tetería para disfrutar de un delicioso té de ceilán (cortesía de la casa) y comprar las variedades que prefieras como souvenir.
Pero nosotras teníamos ganas de ver algo más… las teapluckers, las recolectoras de té de Sri Lanka. Descendimos por la ladera de la propia Mackwoods, entre los escalones que forman las líneas infinitas de té hasta llegar a una pequeña carretera. Nos perdimos un rato por allí hasta que las vimos en lo alto de una pequeña montaña.
Las agujetas apretaban, pero las ganas de llegar hasta ellas podían con ellas. Subimos la colina entre quejidos hasta alcanzarlas. Las mujeres, que se reían de nosotras, fueron muy amables indicándonos cuál era el mejor camino para subir. Estuvimos un buen rato con ellas, hablando con gestos, ya que la comunicación en inglés era absolutamente imposible. Fue lo mejor de todo el día.
Por la tarde regresamos a nuestro hotel para recoger nuestro equipaje y dirigirnos a la estación de tren de Nanu Oya, esta vez dirección Ella…
En Nuwara Eliya los alojamientos rondan los 3000-4000 LKR en temporada alta. Quizá en el centro de la ciudad sea algo más barato. Nosotras nos alojamos en el Sapu’s Mountain Breeze tras mucho negociar (y mucha suerte) por 2500 LKR una habitación doble. Eso sí, el hotel increíble. Madera y blanco por doquier, una ducha digna de diosas y el mejor wifi de todos los alojamientos de Sri Lanka. Ideal después de nuestra caminata por Adam’s Peak.
TREN:
Hatton – Nanu Oya
Horarios de tren: 07:20, 11:15, 13:30, 14:30, 16:15.
Tiempo: 1:30h
Precio: 20 LKR en tercera clase.
AUTOBÚS:
Nuwara Eliya es otra de las principales ciudades de Sri Lanka, hay un gran número de buses y conexiones con todo el país. No tendrás problemas para llegar a cualquier parte.
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