– DÍA 1 –
1 – CALLEJEAR LA CIUDAD
Si hay algo que apetezca en Laos es caminar lento, casi tanto como el ritmo que tiene esta ciudad. En nuestra época (Marzo 2017) el calor era terrible, pero con la ayuda de una coca cola fresca o alguno de los increíbles zumos que sirven en los puestos callejeros la caminata se hace más fácil.
Si caminar no es lo tuyo, también puedes alquilarte una bici para recorrer la ciudad y los templos.
2- VISITAR SUS TEMPLOS Y VER EL ATARDECER
Luang Prabang es una ciudad de templos y palacios, los más famosos son el Wat Mai, el Wat Xieng Thong y el recinto del Gran Palacio.
Para ver el atardecer recomendamos subir al Monte Phou Si. Si quieres ver el templo hay que abonar una entrada, pero puedes quedarte en la primera terraza antes de las escaleras finales para contemplar las vistas sin tener que pagar nada.
3 – IR DE COMPRAS EN EL NIGHT MARKET
En la calle principal se monta un pintoresco mercado nocturno. El típico mercado asiático, repleto de tenderetes y cosas bonitas, demasiadas, porque las compraríamos todas. Si decides adquirir algo …. REGATEA.
CONSEJILLO: Dentro del Night Market, exactamente en la primera callejuela a la izquierda hay varios restaurantes callejeros que sirven una especie de buffet all-you-can-eat en un plato por 15.000 kips. El funcionamiento es muy sencillo, elige el puesto que más te guste, coge un bol y sírvete toda la comida que quepa dentro.
Además del plato por 15.000 kips puedes comprar pinchos de carne, pescado y vegetales asados a la parrilla, los precios están entre 10.000 y 40.000 kips, dependiendo de la cantidad de comida de cada pincho. Elige uno y te lo cocinarán en la parrilla ¡delicioso!
– DÍA 2 –
4 – VER LA CEREMONIA DE LAS ALMAS
Para esto amigos, hay que madrugar. Entre las 5 y las 6,15 de la mañana se celebra diariamente la ceremonia de las almas, también conocida como la ceremonia de entrega de limosnas. Los monjes de los templos de Luang Prabang salen en silencio a la calle para recibir comida y otras ofrendas. Recomendamos ir allí a las 5.30h.
5 – REFRESCARSE EN LAS CASCADAS TAT KUANG SI.
Lo mejor de Luang Prabang (y más todavía si hace calor). Nosotras fuimos hasta allí sabiendo que había cascadas, pero no nos esperábamos que fueran tan bonitas.
Para ir allí puedes contratar uno de los tours que ofrecen en las agencias de la ciudad (hay muchas) o ir por tu cuenta. Nosotros éramos 7, así que negociamos un tuk tuk ida y vuelta, todo el vehículo por 180.000 kips. Si te decides por esta opción regatea para llegar a este precio, puedes conseguirlo incluso por 170.000 kips. Nosotros tuvimos que subir el precio porque el hombre con el que negociamos no podía llevarnos así que nos dejó con un amigo suyo que no aceptaba menos de 180.000.
El trayecto dura una hora. La carretera está en bastante buen estado y el paisaje es bonito. Pasamos por pueblos y escuelas, sonrisas y Sabai Dee (el saludo de Laos).
A las 9.30 llegamos a las cascadas. Es mejor acercarse a esa hora o incluso antes, para evitar la masificación de los tours. El conductor de nuestro tuk tuk nos dejó en el aparcamiento, justo al lado de la puerta de entrada. Pagamos nuestros tickets (20.000 kips por persona) y a por las aguas turquesas.
El lugar es fascinante, hay como 4 o 5 piscinas de agua turquesa con cascadas en las que darse un buen baño. El recorrido empieza por abajo y puedes ir subiendo el camino para verlas todas. Además, en la cascada más grande, puedes coger dos caminos (izquierda de la cascada o derecha) que te llevarán a la cima, dónde hay un bonito lago con un columpio y menos gente. A 3 km hay otra cascada y una cueva, a la que no fuimos porque descubrimos el cartel que indicaba su existencia a falta de 30 minutos para regresar a nuestro tuk tuk. Si vas, ¿nos cuentas tu experiencia?
Nos sorprendió que justo en la misma entrada había una especie de «reserva» de osos protegidos. Lo bueno: Pudimos verlos de cerca. Lo malo: pese a que están allí para protegerlos, no se les ve muy felices…