El trayecto empezó a las 9:30 de la mañana, más o menos puntual. En nuestro mismo vagón había otras dos parejas de Barcelona ¡Qué casualidad!
Ya sentados en nuestras estupendas butacas el tren arrancó. Poco a poco fue cogiendo velocidad hasta los ¿30km por hora? Sí, como hemos dicho antes, los trenes no destacan por su velocidad. Lo que sí que notamos es el tambaleo. Suponemos que se los railes estrechos por los circula el tren no proporcionan un equilibrio suficiente y el movimiento de un lado al otro es divertidísimo. Un consejo, atad bien las mochilas para no tener sorpresas. Las ventanas siempre van abiertas 😉 Otra cosa muy divertida es la cantidad de hojas y ramas que vuelan por el tren, la vegetación es espesa y el tren pasa muy, pero que muy cerca de los árboles y matorrales.
El viaducto se encuentra más o menos a la mitad del camino. Hasta entonces el paisaje es bastante bonito, parecido al que os encontraréis si decidís hacer el trekking por esta zona.
Pero el paisaje que realmente impresiona es el que se encuentra más cerca del viaducto de Gokteik. Las montañas con sus precipicios y los diferentes viaductos que las unen crean una imagen única y espectacular.
El viaducto de Gokteik es impresionante. Sobre todo al cruzar, la imagen del precipicio a nuestros pies fue realmente increíble… por supuesto, no apto para gente con vértigo.
Para los más atrevidos que ya estén pensando en hacer la típica foto saliendo por la puerta del tren, lo sentimos pero no será posible. Aunque las puertas están abiertas durante todo el trayecto y puedes sentarte allí o sacar la cabecita, justo antes del viducto los revisores se encargan de cerrarlas una por una para evitar desastres, ya que no hay vallas en ningún momento ¡Y bien que hacen porque menudo precipicio! Eso sí, puedes sacar la cabeza por la ventana 😉
Después de Gokteik, el paisaje vuelve a ser más o menos parecido al anterior.
Al cabo de un poco más de 3h llegamos a Pyin Oo Lwin. Desde allí cogimos el taxi compartido por 2.000 kyats (1,3€) que, después de casi 2h de tortura por carreteras medio en construcción, nos dejó justo dónde le pedimos.
Después de la experiencia vivida creemos que no es un imprescindible en Myanmar, pero si dispones tiempo tienes que acercarte. Si no tienes suficientes días, aunque nos encantó el viaducto, dedicar casi un día entero en recorrer Hsipaw hasta Mandalay para es bastante cansado. Valora tus preferencias 🙂
Eeeeiii! Surt el meu flequillo per aquí! Gaudiu molt! Bon blog, molt pràctic i entenedor.
Moltes gràcies Arnau 🙂