RUTA EN MOTO DE HOI AN A HUE EN 2 DÍAS
DÍA 1
Salimos bastante más tarde de lo previsto. A las 7 de la mañana vino hasta el hotel uno de los chicos del taller para montar nuestra mochila en la moto. En ese momento nos dimos cuenta de que la luz trasera de la moto no funcionaba y nos la arregló al cabo de 30 minutos. Entre la moto, la despedida y una vuelta por el mercado de Hoi An salimos de la ciudad a eso de las 10.
Nuestra primera parada fueron las Montañas de Mármol. En ellas encontramos cuevas que albergan templos con estatuas gigantes de buda en su interior y estupas increíbles en su exterior. Un lugar que puede parecer poco interesante antes de subir, pero una vez te adentras en sus cuevas descubres por qué tanta gente lo visita.
Tras la visita nos dirigimos a Da Nang. La ciudad en sí nos pareció bastante fea. Fuimos directamente por la carretera de la playa hasta la montaña, dónde descubrimos la Estatua de la Mujer Buda, además de un pequeño templo. Un lugar bonito, pero de paso.
Lo mejor vino después… seguimos por la misma carretera de la montaña, junto a la costa y encontramos una playa escondida, sin nadie más que nosotras. Desde la carretera vimos algunos restaurantes con vistas pero decidimos seguir un poquito más, en busca de algún camino que bajara hasta la playa hasta que ¡eureka! Lo encontramos. Aquí os dejamos una foto del lugar 😉
Con las pilas cargadas después de un merecido descanso y una Saigon Beer fresquita que nos vendieron en un restaurante desierto de la playa volvimos a Da Nang para comer algo rápido y emprender lo más emocionante de la ruta: el Paso de las Nubes.
La suerte estaba de nuestro lado, pues el temible paso de las nubes es conocido por eso: la niebla. Pero ese día las nubes estarían de vacaciones porque pudimos disfrutar de todo el recorrido por las curvas hacia el cielo con un sol espectacular y sin demasiado frío.
Cuando llegamos al paso, también conocido como el puerto de Hai Van, recorrimos la zona y los bunkers de la guerra. Hicimos algunas fotos y decidimos subir un poco más por el único camino del lugar para contemplar la panorámica.
Más tarde empezamos a descender por el otro lado de una carretera que seguía ofreciéndonos unas vistas fantásticas. Tuvimos que detenernos de nuevo cuando Lang Co Bay apareció ante nuestros ojos, en un atardecer de viaje único.
Finalmente cruzamos Lang Co Bay y seguimos conduciendo hasta el pueblo de Binh Án, dónde nos alojamos en el Nguyệt Ánh Guest House. Si puedes, resérvalo con antelación. Había otros huéspedes en el hotel y pagaban más que nosotras, que habíamos reservado con Booking.
Esa noche cenamos por el pueblo y nos fuimos a descansar, que al día siguiente quedaban muchos kilómetros por disfrutar.
DÍA 2
Nos despertamos a eso de las 9 de la mañana para pegarnos una ducha refrescante y desayunar tranquilamente. Estábamos bastante cansadas del día anterior y decidimos tomarnos el segundo día con más calma.
Nuestra primera parada fueron las Elephant Waterfalls que, aunque tengan el mismo nombre que las de Dalat no tienen nada que ver con ellas. Al llegar tuvimos que pagar por la moto y por nuestras entradas, pero valió mucho la pena. Se trata de una serie de pequeños saltos de agua que uno puede recorrer a sus anchas y nadar en sus piscinas naturales. Hay un montón de “bares/restaurantes” alrededor del agua, así que si el tiempo acompaña, es una buena opción para pasar el día. Nosotras no tuvimos tanta suerte. Unas nubes muy negras cubrían el cielo y hacía frío, así que sólo nos mojamos los pies para explorar un poco la zona.
Al salir de las waterfalls fuimos a comer en un restaurante de carretera regentado por dos mujeres la mar de simpáticas. Con una sonrisa de oreja a oreja por ver a dos turistas parándose allí, nos sirvieron una sopa de noodles con ternera por tan sólo 10.000 dongs, mmmm ¡qué rica estaba! ¡y que calentita!
Con el estómago feliz seguimos nuestra ruta dirección a Hue. La carretera tiene buenas vistas de las montañas pero el día no acompañaba demasiado… Antes de llegar a la ciudad tomamos un desvío a la derecha porque nos apetecía ver algo más antes de adentrarnos en la imperial Hue. De repente el día nos sonrió y el sol decidió salir para acompañar las vistas de lo que encontramos: arrozales increíbles y vida muy local. Recorrimos algunos caminos y un pequeño pueblo que quedaba cerca, dónde vimos un antiguo puente japonés, pequeñito pero muy coqueto.
Estuvimos bastante tiempo en aquél rinconcito apartado del turismo cuando nos dimos cuenta de que no nos quedaba mucho para devolver nuestra moto así que corrimos a ver las Pagodas de Hue antes de llegar a nuestro hotel.
Una vez allí llamamos al dueño de la moto y en 10 minutos dos chicos llegaron al hotel con nuestra equipaje. Les dimos las llaves y nos despedimos de Sirius, nuestra campeona de la carretera.
Esperamos que este post os sirva de ayuda y os anime a recorrer en moto la carretera de Hoi An a Hue.
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Genial gracias! Me re sirvio todo!