Kandy fue la primera ciudad que conocimos de Sri Lanka. Nuestra tercera parada asiática después de dos meses en India nos sorprendió mucho tan sólo entrar. La primera impresión que tuvimos nada más bajarnos del avión en el aeropuerto de Colombo fue todo un shock. Todo era más moderno, más rico, mucho más limpio… y menos auténtico. Sri Lanka nos recibió con ropa blanca, mucho verde, autobuses de otra época y tuk tuks impolutos. Parecía un parque de atracciones, sólo que era la vida real. Esto ya no es India, my friends.
Salimos del recinto del aeropuerto para dirigirnos directamente a Kandy en autobús, huyendo del ajetreo de Colombo.
Kandy nos gustó, aunque no fue lo que realmente esperábamos. La capital de las montañas es una de las principales ciudades del país, con el ruido y el movimiento que eso conlleva. Las prisas, la gente y los gritos eran cosas a las que ya nos habíamos acostumbrado en India, pero allí eran de un estilo más occidental… Aún así, encontramos cierto encanto en Kandy en sus edificios coloniales, sus autobuses, sus panaderías, el mercado local, el lago y las montañas.
Para nosotras, la parte más bonita de la ciudad. Puedes disfrutar de un agradable paseo por los alrededores del lago (siempre que no sea hora punta, porque el tráfico que se genera en la carretera es horrible) o alquilar una barca para navegarlo durante un ratito. Un día nos dio por ir a correr y hacer algo de deporte con vistas. No duramos demasiado, pero fue una bonita experiencia.
El Templo del Diente de Buda es uno de los “must” en las visitas a Kandy. Se trata del santuario que guarda una de las más importantes reliquias del budismo: el canino izquierdo de Buda, de 2,5 cm. A eso de las 18h hacen un espectáculo en el interior del recinto. La entrada cuesta 1000 LKR.
Es una reserva natural en la colina de la ciudad de Kandy con una extensión de unas 105 hectáreas. Nuestra intención era ir a visitarlo, pero al llegar e informarnos sobre el precio de la entrada (600 LKR) decidimos que nos quedaban muchos parques para visitar en nuestro largo viaje. Una lástima.
Como toda ciudad que se precie, Kandy también tiene su mercado local. Situado al ladito de la estación principal de autobuses puedes visitar las paraditas de té, especies, fruta y productos cingaleses de todo tipo. Una alternativa REAL al turístico mercado de las Especies.
Si algo nos llamó la atención en Kandy es la cantidad de panaderías que puedes encontrar en sus calles. Bakery, bakery, bakeeery…. tanto cartel nos estaba llamando y allí empezó todo. Pequeños trozos de pastel de chocolate, pastas rellenas de nata, una especie de pan con salchichas… ¡un festival! Gracias herencia holandesa por regalarnos tanto azúcar y pan…
Puedes hacerte una pequeña excursión para ir a ver el Buda Gigante y un poco de vistas panorámicas de la ciudad, realmente es sólo una subida de unos 15 minutos pero la cuesta no está mal, así que cuenta como ejercicio 😉 Hace mucho calor así que os recomendamos ir por la mañana bien pronto o al atardecer, si no, un tuk tuk. Entrada: 250LKR.
Esto es algo que puedes hacer en cualquiera de las ciudades y pueblos de Sri Lanka que tengan estación de tren. Acércate a sus vías y verás como ellos mismos las utilizan como caminos principales, ya que suelen ser atajos muy útiles entre la naturaleza y las poblaciones de Sri Lanka. Además los trenes son bastante lentos y no circulan demasiados, así que no te preocupes que da tiempo de sobra a apartarse (CUIDAO: chequea siempre el espacio que tengas para salir de la vía, no te metas en un túnel estrecho….).
El Muslim Hotel es uno de los restaurantes de referencia en Kandy. No se trata de un lugar moderno y refinado, al contrario. Es un local anticuado, cómo de otra época, auténtico a más no poder y a precios de risa. Adéntrate en sus arcos y déjate transportar a otro lugar. Ojito con el té, está buenísimo pero roza la sobredosis de azúcar. También puedes disfrutar de un buen Kottu 😉
Los alojamientos en Kandy rondan los 2000-3000LKR por habitación doble. Nosotras encontramos una guesthouse terriblemente sencilla con habitación para 4 personas por 1000 LKR, en los alrededores del lago. Eso sí, en la PINK HOUSE te sentirás como en casa. Tal y como su nombre indica es una casa rosa y grande que contrasta con todo lo que hay en Sri Lanka, con un patio interior con jardín desde el cual se accede a las habitaciones para huéspedes.
La mujer que gestiona la casa nos dijo que la llamáramos «mamá». Y cuando hechas de menos a la tuya y una mujer entrañable te lo pide, no dudas en hacerle caso. Los miembros de la familia de mamá también eran remajetes. Puedes comer allí (aunque nos pareció un poco caro), lavar tu ropa y cuando les da (no es siempre) tienen wifi.
Hay una infinidad de autobuses que van o salen de Kandy en todo Sri Lanka. Se trata de una de las principales ciudades del país y eso le asegura una muy buena conexión con casi cualquier otro destino. Los precios del autobús son realmente baratos.
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