Namaste, Namaste.
Kathmandú la ciudad del polvo, las bocinas parlantes y los olores a especies de todo tipo es, sin lugar a dudas, un lugar especial. Puede parecerte una ciudad agobiante y ruidosa al principio, sobretodo en Thamel, su barrio mochilero; pero si decides conocerla y quedarte más de dos días se convierte en un lugar maravilloso.
La capital de Nepal suele ser la entrada para la mayoría de visitantes. Su cara más amable la conocerás a través de sus habitantes, personas auténticas y con mucho, muchísimo sentido del humor. Siempre dispuestos a ayudarte, a saciar tu curiosidad sobre su cultura e idioma y a venderte cualquier cosa. No pierdas la oportunidad de comer momos en restaurantes locales, comprar en Thamel, subirte a un autobús local, visitar las Durbar Square y sus templos.
Aquí te contamos todo lo que hemos aprendido en Kathmandú: